Un alumno que desarrolle habilidades para la reflexión, el juicio crítico, la expresión de la creatividad. Que adopte una actitud activa de aprendizaje durante toda su vida, abierta a otras culturas. Que adquiera los conocimientos necesarios en el ámbito de la ciencia y la tecnología para integrarse en un mundo de permanente cambio.
Un alumno que pueda reconocer sus propias emociones y sentimientos. Que respete a los demás, poniendo a disposición actitudes de comprensión, empatía y misericordia. Que contribuya a crear un mundo mejor y más pacífico. Que establezca relaciones saludables consigo mismo, con los otros, con la naturaleza y con Dios.
Un alumno que valore y respete su cuerpo y el de los demás, su desarrollo físico. Que desarrolle hábitos saludables, de vida al aire libre y del cuidado del ambiente natural y urbano en el que vive.
Un alumno que reconozca su dimensión trascendente y diseñe su propio proyecto de vida. Que logre integrar la fe en el encuentro personal y comunitario con Dios. Que guiado por el Evangelio de Jesús e inspirado en la vida de Santa Brígida, se brinde a los demás con espíritu solidario y compromiso social.
Una persona íntegra capaz de ser protagonista en la construcción de un mundo mejor.
Comprometido con los desafíos locales y regionales que plantea una sociedad globalizada.
Con una sólida formación académica que le permita desempeñarse eficientemente en sus estudios superiores y el mundo laboral.
Cristiano, solidario, capaz de dar testimonio de la misión que Dios le ha confiado.
